El aumento de la productividad agrícola ha sido un factor determinante para el mejoramiento de la calidad de vida. Los cambios en los niveles de producción se han dado fundamentalmente por incorporaciones tecnológicas, situación que adquirió mayor importancia en las últimas décadas debido a la escasez de tierras cultivables, agua para riego y a los efectos del cambio climático por lo que el aumento en la productividad de los cultivos ha venido principalmente de la mano del mejoramiento genético y la biotecnología. Esta como cualquier otra tecnología aplicada a procesos productivos debe ser usada responsablemente y los productos derivados de la agrobiotecnología no son ajenos a esta premisa.
La biotecnología agrícola ha brindado numerosos beneficios a los agricultores argentinos y a la sociedad en su conjunto, más de 72 mil millones de dólares en el período 1996-2011, pero también está planteando desafíos respecto al manejo de resistencia de malezas e insectos que involucran el trabajo conjunto de empresas y organismos públicos para avanzar hacia una agricultura cada vez más sustentable sin perder el beneficio de las nuevas tecnologías.
La adopción de tecnologías agrícolas en Argentina
En Argentina, el primer cultivo genéticamente modificado que se introdujo fue la soja tolerante al herbicida glifosato durante la campaña agrícola 1996/1997, un año después de su liberación comercial en Estados Unidos. Esta adopción temprana fue favorecida por varias causas:
A) La similitud entre las condiciones agroecológicas de EE.UU. (donde fue desarrollada la tecnología) y Argentina.
B) La existencia de una industria semillera consolidada que contaba con germoplasma de calidad adaptado a las diferentes zonas agroclimáticas del país.
C) La existencia de un plantel de profesionales altamente capacitados con las herramientas necesarias para la incorporación rápida de las nuevas tecnologías.
D) La existencia previa de un sistema de bioseguridad para la evaluación de la seguridad ambiental y aptitud alimentaria de los nuevos productos.
Para el año de aparición de la soja tolerante a glifosato, ya existía en Argentina una importante actividad de fitomejoramiento y actualmente el país cuenta con más de 30 aprobaciones comerciales de soja, algodón y maíz. Las principales características introducidas han sido la resistencia a insectos y/o la tolerancia a herbicidas.
Adopción de Tecnologías en la Agricultura Argentina
Fuente: ACSOJA (2011)
En la campaña 2013/2014, de las casi 24,9 millones de hectáreas sembradas con cultivos GM, más de 20 millones correspondieron a soja tolerante a glifosato y 3,5 millones a maíz con resistencia a insectos.
Expansión agrícola y presión de selección
En diecisiete años de cultivo de variedades transgénicas la superficie sembrada con soja tolerante a glifosato aumentó 55 veces y la de maíz resistente a insectos (con una o varias proteínas Bt incorporadas) 264 veces, lo que significa una gran presión de selección hacia las malezas e insectos que estos cultivos controlan.
Evolución de la Superficie Cultivada con Transgénicos (miles has.)
Evolución de la Resistencia
Los agroquímicos y las proteínas Bt tienen un mismo propósito, proteger a los cultivos de insectos plaga y malezas. El uso de estas tecnologías ha traído enormes beneficios pero también conlleva un proceso natural relacionado con la existencia de individuos resistentes en las poblaciones que se quieren controlar.
El uso repetitivo de cualquiera de las tecnologías selecciona individuos naturalmente resistentes a la misma, que al reproducirse transmiten esta resistencia volviendo a dicha característica predominante en la población.
Los cultivos transgénicos no son la causa de la resistencia. Los individuos resistentes existen como consecuencia de la diversidad de la especie y si la tecnología se maneja correctamente, los insectos y las malezas naturalmente resistentes no deberían aumentar significativamente en la población.
Las prácticas para el manejo de la resistencia de insectos en los cultivos Bt (por ejemplo, las siembras de áreas refugio) retrasan el predominio de individuos resistentes y determina que los beneficios de estas tecnologías sean perdurables.
La evolución de resistencia en malezas e insectos preocupa tanto a los productores como a los desarrolladores de las tecnologías porque significa volver a prácticas tradicionales de control de insectos y malezas que son más engorrosas, menos eficientes y de mayor impacto ambiental. El desarrollo de nuevas tecnologías Bt y tolerancias a herbicidas requiere de varios años y grandes inversiones. No son fáciles de reemplazar en el corto o mediano plazo. Si estas tecnologías pierden eficacia, se pierden también los beneficios de control efectivo, mayor rendimiento y calidad del cultivo y, por lo tanto, los beneficios económicos para el productor.
Factores que favorecen la selección y prevalencia de insectos resistentes
- Uso repetido del mismo insecticida o proteína Bt.
- Permanencia en el lote de rastrojo y malezas donde puedan sobrevivir insectos.
- Ausencia de hospederos alternativos de la plaga.
- Monocultivo.
- Ausencia de siembras de refugio.
En conjunto las recomendaciones de prácticas agronómicas ordenadas y estudiadas por cultivo y tecnología, retrasan el desarrollo de resistencia y se conocen como “Plan de Manejo de la Resistencia de Insectos (MRI)” Estos manejan las poblaciones de insectos para retrasar el aumento de la frecuencia de individuos resistentes, demorando así la pérdida del control y, entre otros factores de manejo importantes, recomiendan la siembra de áreas refugio.
Un refugio es una porción del lote sembrada con el cultivo no Bt de similar ciclo de madurez que la del cultivo Bt. Esta área es una reserva de insectos susceptibles. Para cada tecnología Bt se han establecido los tamaños y las distancias adecuadas para la correcta implementación del mismo, de manera de generar un número suficiente de insectos susceptibles y maximizar las probabilidades que estos se apareen con los resistentes.
El refugio sirve para disminuir la probabilidad de que insectos resistentes al cultivo Bt solo se apareen entre sí y generen una descendencia resistente. Por lo tanto, para la mayoría de las tecnologías Bt, la siembra del refugio es fundamental ya que genera un número adecuado de insectos susceptibles que se cruzan con los resistentes, manteniendo baja la frecuencia de los resistentes en el campo.
Factores que favorecen la selección y prevalencia de malezas resistentes
- Siembra directa
- Uso de un solo herbicida
- Uso de herbicidas con el mismo modo de acción
- Escasa rotación de cultivos
- Uso de cultivos tolerantes a herbicidas
Las recomendaciones para el manejo de resistencia en malezas son similares a las de insectos e implican un conjunto de prácticas agronómicas:
- Rotación de cultivos
- Rotación de herbicidas con diferentes modos de acción
- Planificación de aplicaciones de acuerdo a la historia del lote
- Evitar aplicaciones con las malezas grandes
- Realizar las aplicaciones con las condiciones ambientales adecuadas
Uso responsable de los cultivos Bt y tolerantes a herbicidas
Las plagas y las malezas siempre han sido capaces de evolucionar y superar, con el tiempo, las tecnologías de control. Los desarrolladores de tecnología trabajan activamente para proveer información y diseñar estrategias que ayuden a los productores a manejar las resistencias; por eso los incentivan a utilizar un esquema de uso responsable, implementando programas de manejo de resistencia de insectos y malezas en un programa de manejo integrado de plagas.
Sobre la Autora
La Dra. María Fabiana Malacarne es Ingeniera Agrónoma (Universidad Nacional de Río Cuarto, Argentina), Magister en Mejoramiento de Plantas (Universidad Central de Venezuela). Desarrolló su tesis en patrones heteróticos de líneas de maíz destinados a la producción de híbridos. También es Doctora en Filosofía, Ciencia, Tecnología y Sociedad (Universidad del País Vasco, España). Desarrolló su tesis en la educación en biotecnología y su impacto en la percepción pública. Ha sido docente e investigadora en genética y mejoramiento en la UNRC, coordinadora del Centro Internacional de Cooperación Científica Simón Bolívar de la UNESCO y dirigió proyectos sobre biotecnología y percepción pública del BID. Es autora de libros y materiales didácticos para la divulgación de la biotecnología como “¡Que Buena IDEA! Biotecnología para los más jovenes“, “Biotecnología ¿Qué te Cuento?” y “Una Breve Historia del Mejoramiento de Cultivos“.
Bibliografía y Fuentes de Información
- Asociación Semilleros Argentinos (2014) Importancia del sector semillero en la economía Argentina. ASA, Ed. Bs. As.
- Brookes, G. (2014) Global income and production effects of GM crops 1996-2012, GM Crops and Food: Biotechnology in Agriculture and the Food Chain. Disponible en http://www.pgeconomics.co.uk/publications.php
- Trigo, E. (2011) 15 años de cultivos genéticamente modificados en Argentina. Disponible en http://www.argenbio.org/adc/uploads/15_anos_Estudio_de_cultivos_GM_en_Argentina.pdf
- ArgenBio. Cultivos GM en Argentina y su adopción. Disponible en http://www.argenbio.org/index.php?action=cultivos&opt=5
- Asociación Semilleros Argentinos. Uso Responsable de Productos y Tecnologías. Disponible en http://asabiotecnologia.com.ar/usoresponsable
- Programa Manejo de Resistencia de Insectos: www.programamri.com
- Programa Manejo de Resistencia en Malezas: www.programamrm.org
Enlaces recomendados
- ¿Cómo funciona la proteína Bt?
-
Guía de “Buenas Prácticas para el cultivo de Maíz Bt” (2013)
- Consejo Argentino para la Información y el Desarrollo de la Biotecnología (ArgenBio)
- Manual para periodistas sobre cultivos transgénicos
Comentarios Recientes